Los anillos son el detalle más pequeño que hay para una boda, pero son el que más significado tiene, en especial porque serán usados día tras día, por el resto de sus vidas.

Al oír “anillo de bodas”, viene a la mente varias palabras: Promesa, fidelidad, unión, matrimonio. Pero la historia de los anillos es poco conocida. El ofrecer un anillo de compromiso, data de los Antiguos Egipcios. Ellos creían que el círculo del anillo representaba la unión eterna y sin fin. Y no fue sino hasta el siglo XV, donde se documenta por primera vez, la entrega de un anillo de compromiso con un diamante. Pero no fue sino hasta 1947, que una compañía famosa de diamantes, DeBeers, lanzó la famosa campaña “Un diamante es para siempre” (“
A diamond is forever”, en inglés), donde promueve el anillo de compromiso como símbolo de amor y compromiso.

La tradición de usarlo en el cuarto dedo de la mano izquierda, viene de los Romanos. Ellos creían que ese dedo tiene una vena que corre directamente al corazón. A esa vena la llamaban
Vena Amoris, o la Vena del Amor.
No es sino en nuestra era que se usa el anillo de la Promesa, o de Pre-Compromiso. Este anillo se usa en parejas más jóvenes, que aún no tienen la economía para comprar un anillo de compromiso. Más adelante, se le entrega a la novia el formal anillo de compromiso.

En el pasado, las argollas de matrimonio sólo eran usadas por las esposas, y fue a principios del siglo XX que lo empiezan a usar tanto los esposos como las esposas.
De todas las emociones que se viven el día de la Boda, son los anillos que les recordarán el compromiso que se hacen mutuamente.
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"El amor constante durará para siempre"